
Cómo proteger los ojos del frío y la sequedad del invierno
Evitar la sequedad ocular en invierno
El invierno no deja de ser una época complicada para nuestros ojos porque pueden llegar a sufrir más sequedad que en otras estaciones. Esto es debido a las bajas temperaturas y a las inclemencias climatológicas externas.
La película protectora externa fisiológica que tiene nuestro ojo se forma por las lágrimas que segrega de forma pasiva la glándula lacrimal. Sin embargo, esa capa que preserva el globo ocular puede verse afectada por el frío o el viento.
¿Qué le sucede a nuestros ojos durante el invierno?
En esta época del año es muy normal sufrir del síndrome de ojo seco. Las bajas temperaturas tienden a resecar la membrana que cubre el globo ocular y la córnea, trayendo como consecuencia el síndrome del ojo seco. Las glándulas lacrimales se ven afectadas y disminuyen la producción de lágrimas, responsables de la lubricación ocular.
¿Qué síntomas provoca?
Los síntomas que se originan tras secarse los ojos son diversos. Suele presentarse mediante picor, enrojecimiento, sensación de cuerpo extraño y alteración visual. Lo habitual es que se propicie una necesidad de rascarnos más, que puede provocar más molestias llegando a dolor ocular.
¿Cómo se trata?
Para tratar el síndrome de ojo seco simplemente hay que dar ese aporte de humedad que necesitan nuestros ojos usando lágrimas artificiales. También nos ayudará el uso de gafas de sol y parpadear con frecuencia para aumentar la producción de lágrima natural. En caso de notar ardor, cansancio o sensación de cuerpo extraño en el ojo, no hemos de frotar, y lavarlo con suero fisiológico.
¿Cómo puedo prevenir que mis ojos se sequen durante el invierno?
Las recomendaciones para prevenir los ojos secos en invierno incluyen:
1 Hidratación ocular mediante lágrima artificial de forma frecuente
2Evitar la sequedad ambiental con entornos demasiado cálidos o demasiado fríos.
3Utilizar gafas de sol si realizamos actividades en el exterior, sobre todo si vas a esquiar, ya que las gafas con protección UV ofrecen también protección ante el viento evitando así el síndrome de ojo seco.
Debemos cuidar y prestarles atención a nuestros ojos en invierno para evitar el ojo seco, siguiendo las recomendaciones anteriores no hemos de tener ningún problema. No obstante, si notamos inflamación o irritación que no mejoran mediante lágrimas artificiales deberemos consultar al oftalmólogo para que realice una revisión completa ocular.