
¿Usas lentillas cuando vas a la playa?
Disfruta de la playa cuidando tus ojos
El verano ya está aquí y con su llegada cambiamos muchos hábitos: disfrutamos del aire libre, las temperaturas suben y vamos con más frecuencia a la playa. Sin embargo, los usuarios habituales de lentes de contacto seguramente se preguntarán lo siguiente: ¿puedo utilizar lentillas si voy a la playa?
La respuesta es sencilla: sí se puede. Aunque es cierto que con una serie de salvedades y consejos que deberías seguir para que su uso no te resulte ni arriesgado ni incómodo.
Consejos para disfrutar de la playa
1Protección ocular: es recomendable utilizar gafas acuáticas que protejan el ojo y también las lentillas. Así evitaremos la irritación que puede producir la sal yodada o los microgránulos de arena sobre la superficie ocular. Además, protégete del sol mediante gafas con protección ultravioleta. Recuerda que tu ojo no puede defenderse de la radiación solar por sí solo. Así conseguirás estar protegido del sol, del viento y de las sustancias nocivas suspendidas en el aire.
2Utiliza lentillas desechables: es preferible utilizar un juego nuevo de un solo uso que está limpio cada día de playa. De este modo, evitaremos errores en la limpieza. Si no es así, debes enjuagar meticulosamente las lentillas para evitar que cualquier tipo de germen anide en un ambiente propicio, como es el calor y el agua no desinfectada. Limpia adecuadamente tus lentillas y tus ojos con un producto específico. Esto es muy importante para evitar la proliferación de microorganismos, así como reacciones locales alérgicas.
3Hidrata correctamente tu globo ocular: no te retires las lentillas justo después de salir del agua. Espera a que la lágrima fisiológica hidrate la superficie corneal. Añade lágrimas artificiales si notas prurito o irritación. Puedes añadir humectantes artificiales siempre que lo consideres oportuno, ya que el aire o las partículas suspendidas pueden irritar tu ojo.
¿Por qué debo tener cuidado con mis lentillas?
Las lentillas son productos que requieren cuidados específicos para asegurar su calidad y utilidad. Es cierto que muchos fabricantes señalan que no deben exponerse al calor directo ni mojarlas en el agua de mar. La razón es la siguiente: las lentillas, al adherirse a la superficie corneal, pueden dejar espacios microscópicos, en los cuales pueden acumularse suciedad y microorganismos como la Acanthamoeba, que posteriormente podrían afectar a nuestros ojos.
Esto no sucede en ambientes más temperados, pero debemos tenerlo en cuenta en ambientes como la playa, donde la temperatura es más alta y la concentración de microorganismos en el agua salada es mayor. Estos dos factores inducen el aumento de la proliferación de microorganismos, que tienen un caldo de cultivo perfecto para multiplicarse sin que el sistema inmune participe, puesto que la lentilla los aísla.
Recuerda que la suciedad en tus ojos da lugar a síntomas de infección como lagrimeo, ardor, picores o enrojecimiento. Por ello, no te olvides de retirar rápidamente las lentillas y visitar a tu especialista si notas alguno de estos síntomas.